domingo, 13 de septiembre de 2015

Llegó la hora.

Ya es hora de dejarte ir, de pasar página.
De parar de dolerme cuando siento tu olor por la calle,
es como tenerte cerca pero sin tu presencia.

Es hora de mirar hacia delante y no girarme continuamente si estás bien o no.
Porque por lo visto, sí, sí que lo estás, la que no lo está soy yo.

Es hora de borrar nuestras fotos y las conversaciones guardadas
en las que me decías que me querías, aunque siempre supe no era verdad.

Es hora de dejar de buscar señales en cada cosa que haces,
yo nunca fui nadie para ti, nunca llegue entrar en ti y nunca lo haré.
En cambio tu de tanto insistir lo hiciste, entraste, ahora me cuesta dejarte salir.

Es hora de dejar de hacer esto, de escribir pensando en ti,
de llorar y suplicar que regreses cuando me siento sola,
de sentirme desprotegida porque tus brazos no están rodeándome.

Estoy cansada ya, de verdad, esto me marchita, me tira para abajo
necesito que te vayas por completo, desaparece.
No sé que hago pidiéndote que lo hagas cuando en verdad
ya lo hiciste.
Soy yo la que no te permite salir de mi.

Qué irónica es la vida que me puso en frente a mi no "tipo" de chico
para acabar siendo todo lo que necesito.

Te deseo lo mejor, allí donde estés o a dónde vayas,
sé feliz con ella o sin ella, sé feliz en cada etapa de tu vida
y por favor
que nuestros caminos jamás se vuelan a encontrar.

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