jueves, 20 de agosto de 2015

Estoy harta.

Se acabó, no puedo más con esto, sal de una puta vez de mi.
Es más
TE
ECHO.

Estoy harta de echarte de menos,
de buscarte de en cada lugar que voy,
de llorarte cuando ni siquiera te importo,
sal de mí, sal de aquí.
Pero joder, a veces hasta ni yo quiero que lo hagas.

Ya he borrado todas nuestras fotografías,
paso de imaginar las palabras que hubieras dicho
y como hubiera sido todo si hubiera salido bien.
Estoy harta de oler tu olor en cada rincón de la calle,
de pensar que tal vez no eras el indicado pero si lo necesitaba.
Basta ya de fijarme en lo que haces y en lo que no haces,
paso de seguir aferrándome a tu recuerdo como si fueras una mano que ayuda
cuando en verdad lo único que has hecho es hundirme.

Se acabó el hacerte un espacio en mis sueños,
en reír y entristecerme al intentar notar tus manos con las mías.

Estoy harta de acostarme en mi cama e imaginarte a mi lado,
paso de que seas mi primera opción, desde ahora
eres
el
plan
b,
que digo el b, serás el D, que digo el D,
no serás nadie.

Estoy harta de odiarte en cada canción
y de culparme por no ser lo que tú querías.
No quiero seguir viendo nuestras conversaciones
con tus palabras que fingían ser realidad,
como duelen las hijas de puta, como apuñalan.

Estoy cansada de buscarte cada vez que me siento frágil,
de pensar que como tú me cuidabas nadie lo hará,
de sentir que sin ti nada volverá a ser igual.

Estoy agotada viejo amigo (o no sé si decir enemigo),
basta ya de intentar escuchar tu voz
o de perderme en unos de tus besos.

Vete, vete lejos,
he dejado la puerta y las ventanas abiertas,
eres libre, otras cosas te esperan,
vete de mi por Dios,
y llévate todo lo que dejaste dentro de mi,
ya no me harán falta.

Lárgate lejos y no vuelvas,
que yo, yo seguiré aquí,
intentando reconstruirme y volver a jurar en
no
volver
a
confiar
en
ningún
imbécil
jamás.


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