Tal vez me decepciones porque haría por ti millones de cosas, cosas que tu por mi no harías.
Sería incapaz de abandonarte, de dañarte, de dejar de protegerte, de dejar de ayudarte.
Es triste ver como sólo en las películas se cumplen las promesas,
te sueltan la mano personas que juraron nunca abandonarte,
te ignoran personas que pensantes que siempre las querrías en el futuro,
tus fuerzas se desvaneces y dejas de creer en todo lo que te rodea, sientes como poco a poco todo te va dando igual, incluso hasta la misma muerte es inmune cuando tu mundo cae en pedazos ante tus ojos.
Y es extraño, puesto que ya estás acostumbrado a la soledad, a que las personas cambien de una día para el otro y acto seguido te decepcionen, es como si la vida hiciera que repitieras todo hasta que aprendas de una maldita vez la puta lección, pero no, no lo haces, porque existen personas que tienen el poder de engatusarte, de manipularte, de hacerte creer que son distintos.
Pero si lo piensas bien la culpa no son de ellos, sino tuya, porque eres tú quién vuelves a creer en las personas aún sabiendo lo mierdas que pueden llegar a ser.
A este paso, acabaré únicamente creyendo en las palabras que me digan las paredes, es decir, en nada.
Es triste ver como sólo en las películas se cumplen las promesas,
te sueltan la mano personas que juraron nunca abandonarte,
te ignoran personas que pensantes que siempre las querrías en el futuro,
tus fuerzas se desvaneces y dejas de creer en todo lo que te rodea, sientes como poco a poco todo te va dando igual, incluso hasta la misma muerte es inmune cuando tu mundo cae en pedazos ante tus ojos.
Y es extraño, puesto que ya estás acostumbrado a la soledad, a que las personas cambien de una día para el otro y acto seguido te decepcionen, es como si la vida hiciera que repitieras todo hasta que aprendas de una maldita vez la puta lección, pero no, no lo haces, porque existen personas que tienen el poder de engatusarte, de manipularte, de hacerte creer que son distintos.
Pero si lo piensas bien la culpa no son de ellos, sino tuya, porque eres tú quién vuelves a creer en las personas aún sabiendo lo mierdas que pueden llegar a ser.
A este paso, acabaré únicamente creyendo en las palabras que me digan las paredes, es decir, en nada.
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