Hoy encontré unas fotos en una tarjeta SD y al verlas recordé, una vez más, todos los juramentos y promesas que me hizo, los cuáles nunca cumplió, todos esos sentimientos que dizque sentía, los cuáles no demostró.
Y reflexione, pues, todo era muy irónico, puesto que era él el que no creia en las despedidas, era él el que repetía mil y una vez que era insustituible en su vida, era él el que dijo que si lo hacían elegir entre el mundo y yo, me elegiría a mi, era él el que quería matar a los chicos que me pidieron haberme lastimado, era él que decía que por nada del mundo me haría daño, por nada del mundo dejaría de luchar por lo nuestro, por nada del mundo se rompería algo entre nosotros, por nada del mundo me dejaría sola.
Y pues, al final, fue él el que bajo las manos cuando aún yo luchaba por lo nuestro, se quedó sentado, callado, mirando como lentamente me destruía, siendo consciente del daño que me hacía, eligiendo las fiestas, el alcohol... cualquier cosa menos yo, cobarde por no decir lo que realmente sentía, fue él el que les bastaron un par de meses para reemplazarme, el que no le importo el mar que derrame por él, fue él el que me destrozó.
Como pasa el tiempo, y cuánto más pasa, más abres los ojos.
Hoy me pregunto cómo pude agarrar la mano del culpable de mis miedos, desconfianza y baja autoestima, cómo no pude verlo en sus ojos, cómo pude creer más en él que en mi.
Irónico que sus palabras acabaron siendo sencillas , simples y asquerosas palabras.
Y reflexione, pues, todo era muy irónico, puesto que era él el que no creia en las despedidas, era él el que repetía mil y una vez que era insustituible en su vida, era él el que dijo que si lo hacían elegir entre el mundo y yo, me elegiría a mi, era él el que quería matar a los chicos que me pidieron haberme lastimado, era él que decía que por nada del mundo me haría daño, por nada del mundo dejaría de luchar por lo nuestro, por nada del mundo se rompería algo entre nosotros, por nada del mundo me dejaría sola.
Y pues, al final, fue él el que bajo las manos cuando aún yo luchaba por lo nuestro, se quedó sentado, callado, mirando como lentamente me destruía, siendo consciente del daño que me hacía, eligiendo las fiestas, el alcohol... cualquier cosa menos yo, cobarde por no decir lo que realmente sentía, fue él el que les bastaron un par de meses para reemplazarme, el que no le importo el mar que derrame por él, fue él el que me destrozó.
Como pasa el tiempo, y cuánto más pasa, más abres los ojos.
Hoy me pregunto cómo pude agarrar la mano del culpable de mis miedos, desconfianza y baja autoestima, cómo no pude verlo en sus ojos, cómo pude creer más en él que en mi.
Irónico que sus palabras acabaron siendo sencillas , simples y asquerosas palabras.
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