jueves, 30 de agosto de 2012

Un més viviendo.

Me enamoré de ti, por cada gesto que hacen tus manos, por cada palabra que pronuncia tu boca, por cada mirada que me regalas.
Por esa mamía tuya de hacer locuras, por como me haces reir, o simplemente como sonríes.
Y sé que no te merezco por ser tan perfecto,
¿ Qué hice yo para merecerte ? - me pregunto.
Si entre mil hermosas rosas, eligistes una margarita marchita y sin vida.
Y es que así era yo sin ti, una mujer condenada a estar enamorada de un amor platónico, o un amor impoisble como muchos decían.
Pero, sin querer ocurre, parecía un día cualquiera, y sin yo saberlo recordaría ese día por el resto de mi vida. Ha pasado un més desde ese día inolvidable.
Un més viviendo, un més respirando, un més en el cual juro que he llegado volar cuando ni siquiera me he alzado del suelo.
Un més sonriendo, un més soñando, un més perfecto de imperfecciones, llenos de peleas, de celos y algún que otro grito, pero a pesar de eso, lo que nunca nos ha faltado es el amor, ese amor verdadero que nos define, y por el cual lucharé hasta el final de mis días.
Yo no quiero cosas materiales, ni grandes viajes, ni que tengas todo lo que deseo sin ningún defecto, lo único que quiero es tu amor incondicional, tu fidelidad, tu sinceridad, y tu ganas de luchar por lo nuestro.
Solo me queda por decirte que este més es el comienzo de todos los que nos quedan, porque yo, mi vida, quiero estar contigo, toda una vida, toda una década, toda una eternidad.

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